lunes, 25 de marzo de 2013

Juntos.


Quiero esconderme en ti, y que me protejas, que me beses la frente y la nariz con ese amor que te caracteriza. Temblar, que no sea por el frío. Reír, con tus chistes, tus bromas, tus bobadas que tanto me gustan, que me hacen sonreír como una tonta, que me sonrojan las mejillas, que me descubren los dientes para dejar salir ese sonido alegre que me sale cada vez que estoy a tu lado. Y gemir, a tu oído, abrazada a ti, clavándote las uñas, atrapándote con mis manos, mordiéndote el cuello. Y sentirnos infinitos, sentir que no existe nada que me pueda separarnos, que nada nos divide, que somos uno. Un corazón, el tuyo y el mío, el nuestro. Debemos cuidarlo, acunarlo cada noche y cantarle una canción para que se duerma, para que cada día despierte con ganas de más, para que siga viviendo, siga latiendo, que siga haciéndonos sentir amor.  
Hacer todo juntos, hacer lo que queramos, viajar, soñar, reír y llorar. Pero hacerlo juntos.


lunes, 11 de marzo de 2013

Él. Mi norte, tu cuerpo.


Sólo tiene 18 años, se acerca a los 19, y unos ojos marrones que te pueden propulsar a la mayor locura conocida por la mujer. Son dos agujeros negros, como su pelo, el que peina cada día en diagonal. Tiene más experiencias y batallas ganadas que cualquier persona juraría que tuviera a primera vista. 
No hablo de sangre, mucho menos de cobardía. Sólo 15 minutos le separan de la dueña de su corazón, la que cuenta que puede que sea el más leal y honrado ser existente en la tierra. 
Él. Es el que le da vida a estas palabras, el que a través de recuerdos, de sentimientos y planes prometidos para un futuro hace que pueda escribir esto en su honor. Fidelidad, nobleza, confianza. Él. Dicen que los chicos desinteresados son los más bonitos. No, el más bonito es él, que a pesar de haber pasado horas enteras a tu lado te dice a los 5 minutos de dejarte en tu casa que ya te echa de menos, el que cuida y protege, y el que te da la seguridad de saber que jamás te fallaría. Él. El único ser en la tierra que ha conseguido hacer sentir a una chica de hielo eso a lo que llaman amor, felicidad, una explosión, lo que puede sentir una niña cuando le regalan una piruleta y la dejan mancharse los zapatos en el parque un día de lluvia. 
El sonido de una risa trae a mi mente su recuerdo, algo tan bonito como mojarse en la playa un día caluroso, o tan confortable como taparse con un manta y tomar un café un día en el que cielo llora por las calles de Madrid. 
Tiene tres amores, que nunca le fallaremos, siempre dormiremos en su corazón, para ver el brillo de sus ojos pardos mezclado con la sonrisa que decora su rostro cuando la felicidad le llena el cuerpo, cuando le sobran besos y abrazos para repartir. Él. Y su olor a hogar, a lugar acogedor, como sus brazos cuando se entrelazan acariciando mi contorno, cuando me pide que no trate de escaparme nunca de ese lugar.
Y yo pienso si de verdad sería tan masoquista como para huir de mi hogar, de su corazón. No, para nada, sería perderme, romper con mi equilibrio, desorientar mi rumbo en la vida, perder de vista el punto que marca  mi brújula, mi propia estrella polar,  mi norte, su cuerpo. 
Puedo hablar de su físico, de todo lo que me ha hecho sentir, de todo lo que siento por él... pero me faltarían palabras existentes que expresaran el amor, la seguridad y la felicidad que yo siento a su lado. Con él. Gracias a él. Eternamente por él.
Y es que a estas alturas de esta aventura en la que embarcarnos hace ya muchos años, la eternidad de mi vida y todos los sentimientos que pueda albergar en ella te pertenecen sólo a ti.

domingo, 10 de marzo de 2013

Pasado, presente y futuro. Tú.



Sobra ya decir que lo eres todo para mi, que no seré nada si desapareces de mi vida, y que por nada del mundo lo deseo. Puedo decirte que me encanta planear nuestra vida juntos, aunque no se cumpla con exactitud, aunque los nombres de nuestros hijos no sean los que pensamos ayer, aunque no visitemos México en nuestra luna de miel, aunque en nuestra boda no bailemos un vals... yo seré feliz si tú eres el hombre que me acompaña en mi futuro.
Si es que me da igual vivir en París, Madrid o Cádiz si estoy a tu lado, yo seguiré con las misma ganas de abrazarte, de rechazarte besos y sacarte la lengua, de hacerme la listilla aunque no tenga ni idea de lo que hablamos, sólo para verte después riéndote de mi, de mis tonterías, mis cosas de niña pequeña, de mujer enamorada, enamorada de ti.
Y si nos ponemos a pensar en el futuro, yo sólo puedo decirte que al igual que mi presente, mi futuro eres tú.

sábado, 2 de marzo de 2013

De mirarnos y sonreír


Cuando el amor y la necesidad se mezclan con la dependencia surge un vínculo nuevo, una nueva sensación, la de sentir que si pierdes a esa persona te pierdes a ti misma, la de saber que si algo va mal con él, todo irá mal con el resto del mundo. Y de eso te quiero hablar, de mi amor por ti, que lo engloba todo. De cómo se me encoge el corazón cuando te veo mal, de como se me congela el cuerpo cada vez que siento que algo no va bien. Y podemos prometernos miles de años, miles de sonrisas y paseos juntos, un futuro perfecto, y seguiré sintiendo lo mismo cuando algo sea extraño. Que no existe la pareja perfecta ni el amor eterno, quizá, pero ¿sabes? creo que tengo (que tenemos) el derecho a descubrirlo por nosotros mismos, y comprobar que no todo sea como el mundo dicta, que aún quedan personas que se enamoran de verdad. Tenemos derecho a besarnos hasta que nos duelan los labios, de hacer el amor tantas veces como nos permita el cuerpo, de mirarnos y sonreír como tontos. Derecho a todo, lo que sea, pero contigo.

jueves, 28 de febrero de 2013

Tenlo siempre presente


Extraño y raro, es algo inexplicable, es un sentimiento indescifrable. No es tristeza, no hay motivos. Tampoco es dolor, eso tiene aún menos sentido que la tristeza. Podría decirse que es dependencia, de ti, de tus ojos mirándome, derritiéndose de amor. Dependencia de tus bromas, de ir por la calle agarrada a ti, como si me convirtiera en un ser desequilibrado sin tu compañía. Desequilibrio en todos los sentidos, físico y psíquico, es difícil de explicar. Mis paranoias, mis complejos, mis miedos, en definitiva: yo, me vuelvo diferente si no estás. Necesito de tus besos, tus abrazos, tus manos recorriendo cada hueco y recoveco de mi cuerpo. Necesito atardeceres acurrucada en ti, cafés ardiendo, cumplir nuestros calendario compartido, escuchar Pereza y amanecer charlando con cara de locos. Compartir almohada y ganas de deshacer la cama. Puede que lo que sienta sea impaciencia por vivir a tu lado, por vivir nuestro sueño. Y es que aún hay algo que nunca te he dicho, y siento que este es el momento idóneo para hacer: Eres mi vida. 
No hay más, después de ti no hay vida, hay supervivencia, pero no vida. Imagino que sería algo parecido a un ser vegetal que vive del oxígeno que le proporcionan otros seres, pero no vive, no siente, ni oye ni escucha. Un muerto en vida. 
Y una vez más me declaro y te digo que estoy enamorada, que no hay vida sin ti, que te necesito, que soy dependiente de ti. Tenlo siempre presente. 


miércoles, 13 de febrero de 2013



Te lo puedo decir más alto pero no más claro: que te quiero, que te amo, que para mi eres increíble, que me da igual que no seas el más detallista ni el que más regalos hace a su novia, a mi con saber que eres mio y que me quieres me basta.
Yo me quedo con eso, con las pequeñas cosas, que realmente son enormes e importan más.
Me quedo con nuestras tardes en tu cama, con tus quejas por lo poco cariñosa que soy. Con los caminos en metro escuchando música, cantandotela, y quejándome como una niña pequeña porque no me prestas atención. También me quedo con nuestras tardes de paseos por Madrid, con cada plan que nos guardamos para nuestro futuro, con cada sueño que queremos realizar juntos.
Me quedo con nuestras ganas de querernos eternamente. Yo me quedo contigo. 


domingo, 10 de febrero de 2013



Si tú quieres, si tú me dejas, me quedo contigo. Me quedo con nuestras risas, nuestras bromas. Con cada uno de nuestros piques y enfados. Me quedo con nuestras reconciliaciones. Si me dejas me quedo para siempre pegadita a ti, compartiendo mi vida contigo, los buenos y malos momentos. Si tú quieres te sigo contando lo feliz que me haces, lo feliz que quiero seguir haciéndote, (también con mis cosas de niña caprichosa). Si tú quieres, si tú me dejas, seguiré enamorándome de ti cada día al despertar.

sábado, 9 de febrero de 2013



Se acerca San Valentín, el 14 de Febrero, y estamos acostumbrados a oír y a decir que es una fecha horrible, que la odiamos, que es una chorrada que se inventó el Corte Inglés para ganar dinero. Y es cierto.
Pero dime que no sería bonito recibir en ese día una sorpresa, recibir un regalo de alguien que te quiere. Es el día del amor y de los enamorados. Y por muy duros que nos hagamos todos, si en ese día recibimos una sorpresa nos moriremos un poquito más de amor que de costumbre.



Que me encanta cuando me picas, cuando me enfadas o finges que me enfadas para quitarme luego el susto a besos. Que adoro nuestras peleas diarias dignas de obras de teatro. No podría vivir sin sabes que le importo a alguien, sin saber que una sola persona se levanta cada mañana pensando en mi, y deseando verme. Ese alguien eres tú.
Que adoro cuando pasamos tardes enteras en tu casa, como si fuese nuestra. Cuando tu habitación se convierte en nuestro reino y tu cama en mi lugar favorito del universo.
Que adoro cuando me abrazas, cuando me besas en la nariz, frente, en el pelo, cuando me das la mano, y cuando te preocupas tanto por mi que me obligas a meter la mano en el bolsillo de tu abrigo para que no se me congele.
Que por muy simple que suene, me encanta quererte, y tenerte. Y adoro la sensación que me produce el saber que eres sólo mío y yo soy tuya.

viernes, 8 de febrero de 2013


En muchas ocasiones, sin ningún motivo, surgen dudas, surgen miedos. Y eso yo no lo puedo evitar, siempre te los acabo contando, por muy tontos que sean , por muy ilógicos. Y me gusta que me ayudes a perderlos, a olvidar las dudas. Pero no siempre son dudas y miedos sobre posibles apariciones innecesarias de terceras personas. A veces van más allá, y no tienen que ver con eso.
En ocasiones, sin muchos motivos, (por no decir ninguno) me da por pensar en si serías de capaz de cambiar por mi, en si de verdad de importo tanto como para dejar de hacer las cosas que odio de ti. Y claro que te quiero con tus cosas buenas y malas, pero si algo no me gusta de ti, tú sabes que yo te lo digo. O me da por pensar en el tiempo que durarás aguantándome, si lo que nos quedan son días, meses, o años...
Son dudas sin un razonamiento claro. Son un montón más de dudas que añadir a mi lista de dudas.
Pero, ¿Sabes cuándo pierdo todos los miedos y mis dudas? Cuando me abrazas y me acercas mi cuerpo a ti, y me besas, pero no con un beso normal, con uno que parece que fabricas únicamente para ese momento, como queriendo volver a enamorarme aún más de nuevo. Un beso que pide que no me vaya nunca, que no me separe ni de tus labios ni de ti.
Y te puedo asegurar que lo consigues, consigues volverme a enamorar un día más, consigues que por un momento mi mente se centro sólo en ti, en mi, y en nuestros labios. Y me encanta.


sábado, 2 de febrero de 2013


Vuelve, que te están confundiendo con las flores que adornan los defectos de mi casa,
 donde aún hablo de ti. 
Vuelve, y vuélvete a reír mientras bailamos, 
y riégame el jardín que ya no llueve. 

Mañana hay una fiesta y me ha invitado el ron a hacerme daño,
a hablarle a otras mujeres del cielo de tus labios
Ahora que vivo solo me crecen tus enanos, 
me dan miedo las noches, 
te quiero pero es raro. 
Te conozco de siempre, llegaste hace un rato. 

Nieve, te cambio por tu ausencia en los lavabos. 
Me cuido menos, debería dejarlo.. pero es que me dejaste. 

Puedes quedarte con la playa y los abrazos. 
Te lo llevaste todo, 
yo hago barcos y miro a la ventana. 

Puede ser que vuelvas otra vez y hagamos Navidad 
y te roce la piel una estrella fugaz. 
Ayer te pude ver. Creo que eres más feliz. 
Me dio por recordar tu manera de arder. 
Y una puesta de sol en Galicia, 
el flamenco y tu ropa en el coche, 
tu cadera sudando sin prisa, 
otra estrella fugada en la noche. 


Cuidate, nos debemos la vida. 
Vuelve pronto, y se fue con las flores. 

Vuelve, que te estoy confundiendo entre la noche..

jueves, 31 de enero de 2013


Mira el calendario. Hoy es 31 de enero, ya se acaba, 31 días más que hemos pasado juntos, 31 motivos más para seguir adelante, queriéndote, consiguiendo que me quieras. 31 veces más que te he dicho con toda seguridad que te quiero. 
Ahora mira qué día es el lunes, es 4, nuestro día una vez más. ¿Sabes cuántos días hacemos el lunes? 458. No es un número con un gran significado pero si que tiene muchos motivos de alegría. 
Alegría por tenerte, por saber que eres mío, que soy tuya. Por saber que puedo contar siempre contigo, que me apoyas. 
Alegría por cada recuerdo en el que apareces, cada sueño compartido, cada foto vieja, o letra dedicada. Y poder revivir nuestros 458 recuerdos, nuestros paseos, cómo poco a poco nos hemos ido convirtiendo en necesario el uno para el otro, dependientes. 
Recordar cada enfado, y que por muy tonto (o al contrario, grave) que fuese el motivo siempre lo hemos arreglado y hemos pactado la paz con un beso. 
Alegría es todo aquello que he vivido a tu lado. 
Alegría eres tú siendo mío. 

miércoles, 30 de enero de 2013

Quiero que un día, no hoy, ni mañana. Un día cualquiera, te leas entradas antiguas de este blog. Te invito a leer todas y cada una de las palabras que te he dedicado, todos mi sueños, mis deseos, mis pensamientos hacia ti. Puedes hacerlo sólo, o si quieres en mi compañía, pero te lo pido como favor, quiero que te des cuenta del todo el tiempo que llevaba esperándote, de lo mucho que he imaginado mi vida contigo. Sólo para que lo sepas, no te echo nada en cara, cero reproches. Sólo para demostrarte una vez más que te quiero, para demostrarte, como siempre, que esto va totalmente en serio. 

Nos pertenecemos.




A estas alturas de la vida creo que puedo afirmar que te pertenezco, que soy tuya, que eres tú el que cada día decide cómo me voy a sentir, si me toca ser feliz, si me toca estar mal, o si me voy a tener que pasar todo el día pensando en ti y en como hacerte un poquito más feliz. 
Al igual que podría afirmar que tú me perteneces a mi. Pero con una diferencia: el tiempo. 

¿Desde cuando te pertenezco? ¿Desde cuando me perteneces? 
Creo que yo te puedo decir exactamente desde cuando te pertenezco. Te pertenezco desde el momento en el que te perdí. Hace ya unos cuantos años. Desde el momento en que desapareciste de mi vida y cuando volviste trajiste bajo el brazo un montón de dudas, un montón de inseguridades, y sobre todo a otra persona. 

Desde ese momento me di cuenta de que te quería, que no quería que fueras de ninguna otra, sólo mío. 
Me conformé con ser tu amiga, con escucharte, darte apoyo, incluso consejos para que fueras feliz con otra que no fuera yo. Suena irónico. Pero me conformaba con verte feliz. 

Pero esa persona iba, venía, te hacía la vida imposible, vi como te utilizaba, como jugaba contigo, hacía lo que quería contigo. Y ahí fue realmente, cuando dije que eso tenía que cambiar, que yo quería que fueras feliz, y odiaba la situación en la que estabas. No pude arreglarlo, no pude ayudarte, y no sabes cuánto los siento. Lo único que hice fue enfadarme, contigo y conmigo, dejar de hablarte sin más de la noche a la mañana, sin darte explicación alguna. 

Creo que hice mal por no decirte nada, a lo mejor así hubieran cambiado las cosas antes.
Siento tanto no haber sido sincera contigo desde un primer momento... pero se veía tan lejos que existiera una mínima posibilidad de que te enamoraras de mi... 
Y eras mi amigo, mi mejor amigo, y por entonces me conformaba con eso, con ser tu mejor amiga, aunque yo nunca te llegué a ver como esa clase de amigo con el que no te imaginas besándote, o viviendo una historia de amor. 

Más de una y más de dos noches pensaba en cómo serían las cosas si nosotros fuésemos novios. Y bien, por fin, después de varios errores, después de meses sin hablarnos, de pensar que no nos volveríamos a hablar nunca, por fin sucedió, y me siento cobarde por no haber sido yo la que diera el paso... pero precisamente por eso te pertenezco completamente, porque fuiste tú el que me dio el empujoncito, fuiste tú el que aquella tarde dio un paso adelante y se lanzó sin saber cual sería mi reacción. 

Mi reacción es esta, que te puedo decir sin ningún miedo que estoy enamorada de ti, y que te quiero. No diré que te quiero más que nadie, o mejor que nadie, te diré que la forma en la que te quiero no se puede comparar, porque tú eres incomparable, eres único, y eres mío.


martes, 29 de enero de 2013


Necesito escribir, necesito desconectar un poco de mis apuntes, de los problemas. Dejar de pensar por un segundo. Dejar la mente en blanco, vacía, en la nada. No pensar, no sentir, no hacer nada.
Solo quiero relajarme. Me vestiría y saldría a caminar, a perderme por Madrid y sus calles. Iría a lugares nuevos, y a los viejos también. Observar a la gente, niños, jóvenes, ancianos, y preguntarme qué será de sus vida, si tendrán preocupaciones, si alguna vez les habrán roto el corazón, si están enamorados, si sienten soledad...
No necesito saber las respuestas a esas preguntas, necesito repuestas a preguntas mías. Que quizá no sean importantes, pero siempre están presentes. No son dudas sobre amor, son dudas sobre la vida. Sobre si realmente esto es lo que quiero, si todo lo que estoy haciendo hoy tendrá su recompensa en un futuro, si cumpliré mis metas...
Sólo son pájaros en mi cabeza, que de vez en cuando se ponen a piar. Lo que debo hacer es dejarlos desahogarse y volver a mi rutina, sabiendo que tengo a ti, y que el resto lo decidirá el tiempo y nuestros actos. Nada más.


domingo, 27 de enero de 2013




Siento tantas veces a lo largo del mes que la cago contigo... no sé por qué, o quizá sí, puede que sea por dejarme llevar por mis prontos, o por no pensar las cosas antes de hablar. Luego pasa lo de siempre, que me toca retroceder y agachar la cabeza. No sé por qué soy así, no sé por qué me dejo llevar tan rápido por las impresiones, por la imaginación...

El mayor problema en una relación es ese, la imaginación, lo peor que puedes hacer cuando las cosas van mal es ponerte a pensar, o incluso cuando las cosas van bien. La imaginación es increíble, pero tiene el poder de destruirnos poco a poco con las cosas que nos hace tener en la cabeza. Pero es algo que no se puede evitar, la imaginación es algo que tenemos en la cabeza de fábrica, puede ser una gran virtud, y lo es, pero también puede ser un defecto, puede ser uno de los peores castigos para una persona.

La mayoría de nuestros problemas tienen su raíz en la imaginación. Todo parte de un hecho que nos hemos inventado en la cabeza. Algo va mal y lo primero que hacemos es ponernos a imaginar, y siempre o casi siempre son cosas feas.

Deberíamos olvidar la imaginación, dejarla de lado, no permitir que destruya la confianza, o que sea el causante de más problemas. Deberíamos hacer uso de ella sólo para darnos sorpresas bonitas, para imaginar nuestro futuro, para imaginar tardes enteras juntos, o incluso días, o semanas, o meses (¿te lo imaginas? Sería perfecto)

Tenemos que saber a controlar a nuestra mente, o más bien, tengo que aprender a controlar mis pensamientos.

jueves, 24 de enero de 2013

Esta vez te escribo para pedirte perdón. Quiero hacerlo, necesito que me perdones por tantas cosas que hago mal... No te mereces estas con alguien que sin ningún motivo desconfíe. Quiero pedirte perdón por mis obsesiones, por cada una de mis absurdas manías. Por ser tan paranoica, por juzgar tus actos incluso cuando en ocasiones yo hago lo mismo. Por reprocharte cosas sin lógica.
Necesito que me perdones, por mis miedos, por los malos ratos que te he podido hacer pasar, así, sin más. Por cada uno de los problemas que tenemos, por ser siempre mi culpa. Por comportarme como una cría, por cada uno de mis tontos caprichos.
Perdón por haber querido cambiarte en algún aspecto, por haberte exigido que confiaras en mí, cuando hasta yo misma sé que lo haces sin que yo te lo pida.
Te pido perdón por mis cambios de actitud, por ser, en ocasiones, insoportable. Por aguantarme cada día con mis tonterías. Por haber pensado en algún momento sólo en mi, en vez de en ambos.
Perdón, y un millón de gracias por seguir apostando por mi, por seguir convenciéndome cada día de que estás enamorado de mi, por quererme tal y como soy, por no querer cambiarme en nada.
Por todo lo que haces día a día por nosotros, gracias.



viernes, 18 de enero de 2013


¿Te imaginas que en uno de nuestros arrebatos de dudas infinitas hubiésemos tirado la toalla?
¿Te imaginas el gran error que hubiésemos cometido si no hubiéramos hecho el esfuerzo de levantarnos cada vez que nos hemos caído? 
Hablo de la posibilidad de que a estas alturas ya fuésemos sólo pasado, y lo único que nos uniera fueran recuerdos y fotos grabados en la retina. 
Hablo de la horrible sensación que recorre mi cuerpo al tan sólo imaginarte con otra en los brazos, besando otra frente, otros labios. Llamando a otra con cada uno de los nombres que utilizas para llamarme a mi. La horrible sensación de imaginarme con otro que no seas tú, que no me valore tanto como tú, que no me demuestre tanto como tú. 

Sólo hubiésemos sido una experiencia más, una prueba de que el amor eterno, verdadero, no existe. La confirmación de "Nunca digas nunca", o de "Nada es para siempre". 
Sólo una decepción más para nuestro joven corazón.

Debemos sentirnos orgullosos, nos lo merecemos, podemos presumir. Gracias a nuestra cabezonería, quizás a nuestro orgullo, a nuestras ganas de aprovechar lo que por fin una tarde sucedió después de haberlo estado imaginando durante tanto tiempo, seguimos aquí, yo totalmente loca por tus huesos, y tú muriéndote por mi.  
Quizá estemos locos, quizá esto sí que sea la prueba de "Si se quiere se puede", y de "Quien la sigue la consigue". Y que nos dure esta felicidad que nos perfora el alma.


Me gusta que me duelas. Me ayuda a saber que me sigues importando. Me sigue recordando que daría lo que fuera por ti.
No me refiero a que me hagas daño, no, no lo haces, sino a que hay momentos en los que hay pensamientos que llegan a mi mente sobre ti o sobre situaciones que me duelen, o actitudes tuyas que me ponen mal, que no me gustan. 
Sigo sintiendo celos, sigo queriendo que seas sólo y exclusivamente mío, yo no te comparto. Me gusta saber que si en algún momento alguien intentara robarme a mi gran amor, haría lo que no está escrito por evitarlo, o por volverte a conseguir. 
A mi nadie me va a robar tú corazón, ni el tuyo ni el mío, que lo tienes tu. Nadie va a dejarme si sentimientos, no pienso dejar que eso se suceda. 
Te merezco y mereces, eres quien más me importa en este mundo. 
Eres quien controla cada uno de mis días. Quien consigue sacarme de la rutina y de la monotonía, aunque no haga nada especial. 
Y como dice la canción: Tu eres quien me hace llorar, pero sólo tú me puedes consolar.

jueves, 17 de enero de 2013

Pasa una y otra vez, es inevitable, me muevo al son que me dictan tus palabras. Me guío por los impulsos que recibe mi corazón desde cada uno de tus sentidos.
No puedo ser sin ti, no sé, me pierdo, no me encuentro. Es como estar en medio de un gran mar en el que faltas tú, mi faro de Alejandría. El que cada día me conduce por sus caminos, sin querer, o quizá queriendo inconscientemente.
Me declaro tu marioneta, mueves mis hilos con tus dedos, yo me dejo llevar por ti, tus manos, las palabras, cada gesto.
Lo único que pido es que no me pierdas, que no me dejes tirada en cualquier rincón como se hace con las muñecas rotas. Cuídame, protégeme, haz que hasta el más gris de mis días se ilumine con tan sólo una palabra tuya. Yo prometo no fallarte, prometo no faltarte nunca.