martes, 23 de septiembre de 2014

Debilidades

Dulce, como ese "te quiero" que se escapa entre mis suspiros tras mil batallas en horizontal.
Y esa mirada, tus ojos pidiéndome más tiempo juntos, más futuro para disfrutar, más sueños, promesas, compromiso.
Y yo me derrito. Y solo me sale sonreír y asentir.

Sabes hacerlo muy bien, lo de dejarme sin palabras. Muda. Petrificada ante unos labios sinceros que me ruegan que me quede siempre con su dueño.

Y así es imposible que quiera marcharme jamás.

Yo siempre tuya

Me encanta encontrarme desnuda en tu cama. Eterna. Como aquella promesa que ambos hicimos hace casi tres años y que fue firmada tras un beso.
Tierna, como cada una de las sonrisas que se escapan entre besos dibujados en los labios.
Tan asombrosa como la gran ciudad que nos ha acompañado en cada uno de nuestros días. Fiel, segura, confidente.

No quiero ni un día sin pensarte, sin sentirte, sin saber qué es lo que se siente cuando mi corazón se reencuentra con el tuyo, y solo le sale golpear desde dentro el pecho pidiendo más. 

Y es que eres la debilidad más fuerte de mi mundo. El tesoro mejor guardado de todo Madrid. El lingote de oro mas valioso del universo.



Pero sobre todo, yo siempre tuya.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Permanecer

Podría mentirte y decirte que somos inmortales, aunque amanezca cada día, aunque cada día seamos un poco más mayores (que no maduros), aunque cada día esta loca vuelva a sonreír por su loco.
Y yo, que te he visto sonreír, con todos los tipos de sonrisas que conoces, y que conozco gracias a ti, me pregunto cómo sería mi vida sin ti, o como sería si alguno de nosotros dos no fuésemos tan cabezones, pero joder, es que te quiero así, cabezón e irresistible conmigo. Loco. tierno. sensible, e incluso débil cuando lloro. Y me dices que soy preciosa, que no malgaste el tiempo en llorar, que no sea tonta. 

Quédate siempre conmigo, aunque llore por todo y haya perdido la vergüenza a estar triste delante de ti, y me de igual que me veas destrozada e inconsolable cuando algo me da rabia. 
Quédate conmigo porque te necesito, porque no se estar sin uno de tus abrazos, sin tus besos, sin tu cara de “no se qué cojones decir ahora”. Y es que a estas alturas no se estar sin ti. 

sábado, 9 de agosto de 2014

Aliento

Sentirme en la cima del mundo es fácil si tengo tus clavículas como perfectos salvavidas de este corazón que palpita, se nutre y respira por ti. 
Es fácil sonreír si tengo unos labios que me besan y me juran una eternidad cada mañana. Y tus manos, que siempre están ahí, preparadas para socorrerme y guiarme por la vida. Y tus ojos, los mismos en los que me pierdo si me veo reflejada en ellos con el pelo alborotado y mis mejillas adornadas por los colores que se forman con el roce de tu piel, y siento un vaivén de costillas excitadas, y me pierdo entre lagrimas de sudor viajando por dos cuerpos a los que no los separa ni su propio aliento. 

Y lo volvemos a hacer, eso de querernos como locos, mordernos como locos, besarnos como locos. Y ojalá nunca nos faltemos. Ojalá siga sin separarnos algo tan poderoso como nuestro propio aliento en plena guerra.

sábado, 2 de agosto de 2014

Tesoros

El dulce aroma de tu cuerpo bajo el mío.
De un gemido atronador,
de la revancha que vives en cada suspiro.
Ese momento en el que me dices 'te quiero'

y lo expresas de la forma más gratificante que existe en la tierra.
Dos cuerpos que se unen para inyectarse amor en vena. 

Y se regalan sentimientos, 
y por un instante viven con un solo corazón. 

Y otro día más apareces tu de nuevo,

y me regalas otro instante de vida mientras me miras a los ojos como quien mira al diamante más valioso de la tierra.
Déjame que te diga que de los dos no eres tú el afortunado,

que la mejor parte me la lleve yo,
que eres el mejor de los tesoros.

Y por eso te pido que vuelvas siempre,

que vuelvas a mi cuerpo.
Cada hora, 
minuto,
y segundo de mi vida.
Que no te escapes nunca de mi cabeza.
Que vuelvas siempre a mi manos y a mi corazón.
A tu hogar.
Que nunca te voy a hacer daño, 
nunca te voy a fallar.

viernes, 1 de agosto de 2014

Olor

Quiero que tu cama huela a mi,
siempre a mi. 
Y a ti,
a nosotros. 
Que huela a gemido y suspiro,
a erupción. 

Que huela al exquisito perfume que forman nuestros cuerpos entrelazados. 
Que huela a noche de verano, 
espuma de mar, 
tormenta ya acabada. 

Que huela a mil batallas sobre un mismo colchón, 
a tregua cada mañana. 
A ropa por el suelo, 
a corazón desbocado. 

Que huela siempre así. 
A sexo.
A risa. 
Locura y promesa. 
Amor y vida. 


Que sea siempre así. 



jueves, 31 de julio de 2014

Corazón en bienestar

Correr, saltar, la satisfacción de saber que si te caes alguien estará esperándote después, no para sostenerte en esa caída inevitable sino para curarte después, para limpiarte las lágrimas y hacer un par de muecas cuyo único fin sea liberar una tímida sonrisa que quedó atrapada en tu boca antes del golpe. 

Y salir a pasear, a airear las penas y cambiarlas por alegrías, por sueños, anhelos. Y ver que te mueres por mí, y que me recuerdes que no estás aquí para evitar caídas, que eso lo hace cualquiera, que tu existes para mí, y para sanarme la heridas y la vida. 

Sanar el cuerpo, la mente, curarme, relajarme… ¿qué más da? todo consiste al final en bienestar, en estar bien contigo, en sentirme bien con la vida. A gusto, feliz, a punto de explotar de alegría cada vez que reímos juntos. 

En todo eso consiste la vida, en sentir mucho a cada segundo, en arriesgar sin tener las cosas claras, querernos como locos aunque alguno de los dos se caiga alguna vez por el camino. Porque para eso estamos, para cuidarnos, apoyarnos, y sobre todo, para vivir bien. 

Y no hay dinero en el mundo que pague todo eso, sólo un corazón dispuesto a darlo todo por la felicidad de dos personas. 

martes, 29 de julio de 2014

Vida

Cogimos confianza mucho antes de besarnos, contarnos problemas, contarte la vida, que me preguntaras cada mes si me gustaba algún chico, y a ver quién se atrevía a decirte que eras tú al que quería, y a ver quién le plantaba cara al miedo, al temor al rechazo. Quién hubiese pensado años después que por fin llegaría el momento que más veces he soñado cada noche en mi vida. Y aún pienso que no soy lo suficientemente buena. Tú, que eres tanto de deporte; yo, que necesito dormir más horas al día que un bebé para no estar de mal humor. Tú, que quieres calor y playa, y vivirías felizmente comiendo pescaito en cualquier playa perdida del sur; yo, que prefiero los días nublados de capucha y moño mal hecho. Y todo sea por pasar desapercibida, por no crear falsas ilusiones. Días tristes para una chica gris, hasta que por fin llegaste tú, pero no como siempre, sino como el amor de mi vida recién salido de aquellos sueños en los que duermo como un bebé, y a partir de ese momento me gusta cada día más el sol, para poder ver más facilmente tu cuerpo y tu piel morena, e incluso me iría a vivir contigo a ese sur que tanto encanta si eso significara tu felicidad, y entonces, la mía. ¿Y qué más da el lugar? Playa, sol, jaleo. Ríos, nubes, silencio. Norte. Sur. Desde aquel momento te convertiste en norte, en sur y en el centro de todo mi mundo. Y qué le voy a hacer, si ya te di por perdido una vez.
Y fue un milagro reencontrarte enamorado de mi.

lunes, 28 de julio de 2014

Amor


Cientos de textos escritos en diferentes formatos, a mano, a ordenador, en el móvil. A cualquier hora, cuando llega la inspiración se la debe atender siempre, es una dama corpichosa que se apodera de tu mente cuando menos te lo esperas, y sólo lega una vez a tu interior con cada idea. Siempre hablo de lo mismo, no del amor en sí, sino de mi amor por ti, desde que te daba por perdido,hasta que te volví a conseguir y a hacer mío, pasando por los momentos en los que te he odiado mientras rebalaban por mis mejillas ardiendo una lágrimas llenas de rabia. Está claro que no puedo odiarte, que me cuesta, y jamás te podré odiar.

Y es que me muero por ti, vivo por ti, respiro por ti. Tú eres ese minuto en el que pienso antes de levantarme cada mañana de la cama. Tú eres los miles de pensamientos en cada clase aburrida. Tú y mis ganas de verte, de abrazarte y besarte, aunque la realidad sea distinta y me pase más tiempo quejando sobre lo ñoño o besucón que eres. Y eso es lo que nos hace especiales, siempre con prisa por vernos, siempre deseando estar juntos, ¿y luego qué? ¿Dónde quedan todos esos besos prometidos en conversaciones nocturnas? ¿Y las ganas de abrazarnos? ¿Dónde están? Lo nuestro es increíble, es algo así como una locura basada en el amor.

No soy nada sin tí. No puedo estar sin tí. ¿Sabes? Aprovechar cada uno de los momentos que tenemos juntos debería ser algo que hiciésemos todos los días. Decirnos te quiero al oído, volver a esos días de coqueteo típicos del principio de una relación. No perder la chispa, la llama, la pasión. Dejarnos de bobadas, de peleas, de celos... aunque eso es otro tema sobre el que podría escribrir letras y letras. Causas y consecuencias, ejemplos. Tampoco es que nos vaya mal, al contrario, creo que lo estamos haciendo genial y gracias a eso cada día estamos más unidos. Hasta ahora no hemos tenido muchos malos momentos, suelen ser similares, suelen ser hermanos gemelos de situaciones que no denunciamos antes nuestro corazón, o que denunciamos tarde. No sé. El típico 'no sé'. Siempre aparece el uno de estos momentos. Un 'no sé' no es nada, un 'no sé' es el mayor sentimiento de incertudumbre que existe en la tierra. Es un sí pero no, es un no estoy de acuerdo pero vale, es un me callo porque no quiero arrepentirme mañana de lo que pueda decir hoy, y sobre todo, es un te quiero aunque estemos mal y no quiero joderlo por un enfado.

Lo mejor son las reconciliaciones, de eso también podría escribir palabras, y puede que lo haga. Es el momento más bonito que vive una pareja, es la renovación de sentimientos, es el ave fénix resurgiendo de sus cenizas en forma de perdón, en forma de cariño, de comprensión.
Yo me quedo contigo como estoy, ni mejor ni peor, me alegras la vida, me refrescas, y te quiero, y te necesito aún más en mi día a día. No puedo pedir nada más después de haber estado viviendo enamorada a tu lado y tú sin darte cuenta. He llegado a mi tope contigo, y si no es así, prefiero no saberlo. Eres mi definición de bonito, de amor, de confianza, de valor. Y puede que tenga que volver a hacer referencia una vez a nuestra frase de Sabina, a eso de "Morirme contigo si te matas, matarme contigo si te mueres", porque creo que no hay una verdad más concisa en el mundo sobre lo que quiero en mi vida. Tu vida conmigo, la mía contigo. Si desapareces, desaparezco. Si te pierdes, me pierdo. Yo te ofrezco mi mano para que nunca te pierdas, y para que te agarres con fuerza cuando las ganas de desaparecer crezcan en tu cabeza. 

viernes, 2 de mayo de 2014

Tengo ganas de vivir contigo. Sí, vivir. Convivir. Revivir y hasta morir. Mirarte hasta que se me cansen los ojitos y tengas que llevarme a la cama cogida en brazos porque el sueño ha podido conmigo. Y seguir intentando cada mañana memorizar desde la primera hasta la última parte de tu cuerpo en mi retina, en la mente, el corazón. 
Quiero que te canses de mis palabras y las tenga que reinventar cada noche sobre la almohada.
Que me revuelvas el cuerpo y alma en cada metro de nuestro colchón. 
Aprender a saber esperarte, a desear que pasen las horas para poder volver a tenerte entre mis brazos. A quererte, amarte, soñarte, a volverme aún más loca por todos y cada uno de tus huesos. Hasta devorarte el corazón.


viernes, 30 de agosto de 2013

Ojalá la Luna



Si miras a la luna verás que tiene el gesto acongojado, que su mirada se fija en el suelo, que tiene un semblante de terror. Y ¿Por qué? Yo pienso que por todos y cada uno de los enamorados, correspondidos o no, que le cuentan sus penas y terrores. De aquellos mentirosos que prometen bajarla para su inocente enamorada, y sólo piensan en follar. y qué decir de aquellos solitarios amorosos, que ven cómo su amada le baila el agua a otro... 
La luna siempre ha estado ahí, pasea cada noche, y cada noche un enamorado diferente la busca para maldecirla. Yo quiero conocer a la luna. Ella debe saber sobre todo tipo de romances. Ya existía su fama de compañera para la noche cuando Paris y Helena se vieron por primera vez. Y estuvo presente mientras Marco Antonio huía de la batalla porque su amada Cleopatra se retiraba. Y seguro que si los Capuleto y los Montesco existieron, ella hubiera sufrido junto a Romeo la aparente muerte de Julieta.
Y toda esta historia para qué, dirás. Es sencillo: quiero que la luna nos conozca, que nos guiñe un ojo cuando nos vea pasar, y nos alumbre en las noches más oscuras que tengamos que vivir. Que nos arrope y acompañe con estrellas cuando las ojeras nos hayan crecido y los sollozos de un bebé broten desde la habitación de al lado.  
Y ojalá convertirnos en leyenda, y que la luna supiera que hay personas que aún creen en su magia. Ojalá algún viejo poeta escribiera sobre nosotros. Ojalá tu pelo negro, tus labios rosados y tus manos colándose en las grandes historias de amor conmigo. Ojalá alguien desconocido llegase a admirarnos, y pueda pensar que existe el amor verdadero, que existieron dos personas que no rompieron sus promesas, que ni el destino los quiso (ni pudo) separar. 

lunes, 12 de agosto de 2013

Hace mucho que no escribo, y tus manos se merecen un guiño por aquí. Cómo describir aquello que te conduce al camino de la locura cuando se le antoja pero nunca te suelta del todo, no sea que te pierda. Vía directa al corazón, a saber que existe algo que con sólo rozarte ya te saca sonrisas. ¿Se puede ser adicta a unas manos? No lo sé, pero puedo decirte que a una caricia sí se puede una persona enganchar. He comprobado que después de 30 minutos exactos estando a tu lado, si no me rozas el cuerpo con tus manos, es como si algo me faltara. Y ya no hablamos de cuando pasa una hora y ni si quiera te tengo a mi lado, ni me recuerdes los días enteros en los que no he podido tenerlas sobre mí. Cada persona tiene una historia, eso es normal, y todas las personas tienen vicios... entonces es ahora cuando te digo que mi vicio eres tú, y vivo enganchada a tus manos, para que jamás me suelten, que nunca permitan que esta loca se separe de su locura. Y que cada noche pueda volver a imaginar que tus manos me acompañan y me tocan una nana al compás de unos suspiros. 

martes, 16 de julio de 2013

A veces necesito verte para creerme a mi misma


Debo haberte dado las gracias, y haberte imaginado así tantas veces como me ha sido posible, pero aun así creo que no son todavía suficientes. No me salen las cuentas, y me sale a devolver cientos de noches durmiendo mal y tarde, pensando en cómo podría decírtelo, sin contar aquellas en las que llorando me he insultado a mi misma por no tener el valor que se necesita para hacerlo.  
Y ahora, gracias a ti, creo que he cruzado la delgada línea en la que me atrevo a decírtelo todo, que es sólo una cosa, pero que si no se dice con el corazón no sirve de nada. Supongo que hasta podría ver la muerte como algo bonito si me llega abrazada a ti, sin importarme nada. Y ojalá no me sueltes nunca. Nunca antes me había gustado tanto sonreír como ahora, ni abrazar a alguien, ni sentir dependencia. Y menos mal. Espero que tengas bien guardadas en tu habitación (y en tu corazón) todas las sonrisas que me sacas. Y de las lágrimas no te preocupes, siempre y cuando seas tú el que me consuele, no me importa llorar. Valoro mucho las sonrisas que surgen gracias a ti, ¿sabes? porque tu eres la única persona que tiene un millón de motivos (o quizá sólo uno) para hacerme llorar, y claro, no podría soportar la distancia si dura más de siete días.

lunes, 15 de julio de 2013

Que yo lo descubrí mucho antes.



Y qué decirle a los miedos cada vez que aparecen para recordar que: Eh, cualquier día podría encontrar a una mejor que tú. Nada. Y piensas en cosas bonitas, como la primera vez que quedasteis, la primera vez que te cogió de la mano, la primera vez que comisteis juntos, la primera vez que te invitó a subir a su casa, el primer beso. Y te escudas en eso, y en el tiempo que llevabas esperándole, todo ese tiempo en el que a pesar de no atreverte a decirle nada sobre cuánto le querías, sí que te prohibías enamorarte de otro, tirar la toalla, dejar de esperar. ¿Esperar a qué? A que por fin descubra que la contestación a cada: "Oye, y a ti quién te gusta" sea: Tú. Y que después de eso le puedas decir por fin todo lo que sientes. Que te encantan sus bromas, incluso las que no tiene gracia. Y la forma como camina, como si el mundo se parase para dejarle paso hacia su destino, y que deseas que ese destino seas de por vida tu, vuestras bocas siendo una y cada mano entrelazada tras la espalda. Y también te quedas con ganas de decirle que te mueres por verle dormir, que pasarías noches enteras despierta por arroparle cada vez que se destapara, y que gastarías cuatro carretes de fotos en él mientras amanece y el sol comienza a despertarle y se queja, maldiciendo al sol, y mostrando esa sonrisa (que te tiene loca) al verte a su lado. Y que no te importaría beber cada mañana café caliente si lo has preparado para compartir con él. Y que quieres prestarle un millón de libros, y escribirle el doble de textos, que hablen de él, y de vosotros, y lo que sientes desde siempre por él. Y qué decir de las pelis, que todas las que vieses a su lado pasarían a ser de tus favoritas por el simple hecho de haber compartido con él palomitas mientras tú acomodas la cabeza entre ese hueco que queda entre su cuello y su hombro, que parece hecho a medida para ti. Y verías cada noche una peli de terror, pero solo si es a su lado, para que te defienda de los monstruos que aparecerán en el pasillo de su casa (producto de la imaginación) después de ver la película. Y, ¿sabes qué es lo que más deseas decirles a esos miedos? Que ya le diste por perdido una vez, y no vas a dejar que vuelva a pasar, que el amor de toda una vida se reconoce desde el primer beso, y yo lo descubrí mucho antes de eso. 

martes, 18 de junio de 2013

Y es que así las eternidades se llevan mejor

Cuando le tengo cerca de mi, aún, después de tanto tiempo, no sé como actuar al verle. Lo primero que me llega es su olor, a lo que soy adicta. Es una droga que me encanta aunque algunos, en ocasiones, lo tachen de locura. Tranquila, segura, feliz, así es como me siento a su lado. Claro que llevo mucho tiempo a su lado pero no es tanto el que ha pasado desde aquella mirada, ese acercamiento con final feliz en beso. Todo tiene un principio, y este tipo de principios son los que nunca se olvidan.  
No siempre estamos de acuerdo en todo, pero eso tampoco es malo. Al contrario, siempre me deja ganar con o sin la razón, y eso me gusta. Incluso me gusta pelear con él, me hace sentir viva, reaccionar a lo que estoy viviendo, sentir el miedo a que podría perderle, pero no, eso no permitiré que ocurra.  
Su sonrisa, puedo decir que es el saquito de relucientes vitaminas que me despiertan cada mañana y me hacen ser paciente hasta volver a verle. Y no es por exagerar, pero es preciosa, como su pelo, su voz, sus ojos. Adoro perderme en él, es fácil, sobretodo cuando me besa, creo que ha inventado un millón de besos sólo para mi, y me los administra según la situación. Y si, podría decirse que son mi medicina. Lo que me cura cuando estoy mal. No supe lo que es la perfección hecha beso hasta que no lo hizo mientras lloraba. Y de repente sientes como por un segundo que los músculos que estaban en tensión se relajan, y te da igual que las lágrimas te sienten mal a la cara, sólo deseas que lo vuelva a hacer, y maldices a las lágrimas por no dejarte ver su rostro y mirarle a los ojos para ver lo guapo que está. 
Y es que con amor los besos y caricia adquieren más sentido. Y lo que no son besos, ni lo que son caricias.
Las finas manos dibujan deseos al rozarse con otra piel. Y así todo sienta bien.
Pasan los días, meses, y las cosas del amor no cambian. Las más importantes no.
Los bailes de serpientes encerradas en un cuarto. Las eternas esperas de enfados hasta el reencuentro. Las miradas sonrientes desde un portal. Las ganas de vivir que otorgan los besos.
Y claro, sólo se piensa en él. El resto de cosas parecen innecesarias, totalmente inútiles. Le tienes a él ¿Qué más puedes necesitar? ¿Acaso existe algo que le supere? Está claro que no, o eso lo que a mi me parece.
Que una eternidad es lo que vivimos mientras no me besas y me dices que soy tuya. Y en ese tiempo me convierto en algo frágil, una pompa de jabón, exploto por nada, pero apareces y me convierto otra vez en persona, y me arriesgo a vivir otra eternidad con tal de que regreses cada día para salvarme. Y te escribo versos para que los leas sobre mis curvas. Y ay, nuestra vida se resume en ganas de quererte y ganas de follarte. Y es que así las eternidades se llevan mejor.


viernes, 24 de mayo de 2013

Seguir con la fortuna


Seguir siendo esa que te ve
y observa tu cuerpo desde lo lejos,
como te acercas,
tu forma de andar,
esa sonrisa de medio lado.
Y piensa en amanecer contigo,
agarrada a tu cintura,
besando tu espalda,
que me saca dos cuerpos.

Seguir siendo la que te escucha,
y se sonroja con tu risa
cada minuto del día
y se pierde entre tus manos.

Esa a la que acaricias,
y besas,
y empieza a gemir cuando siente tus labios sobre su cuello.

Ser esa por la que correrías kilómetros
con tal de no perderla,
a la que enamores cada día,
y sigas,
hasta explotar cada día en un concierto de gemidos,
suspiros,
y saliva.

Seguir siendo afortunada,
que sigas sintiéndote afortunado.

Y es por ti


Y es por ti 
por lo que empecé a portarme mal 
a crear monólogos andantes 
y soñar con la excitante realidad.  

Y es por ti 
por lo que aparecieron las ojeras 
y las llamé Romeo y Julieta 
porque estando enamoradas
viven y mueren también por ti 

Y es por ti 
por lo que lloré una vez de alegría 
y en ocasiones la boca sonreía 
sin cumplir el canon con el pobre corazón

Y es por ti 
por quien rompo paredes y relojes 
atravieso ciudades enteras 
y cruzaría el mar (si me dejas)

Y es por ti 
por lo que una sonrisa ya perenne 
ha ocupado mi cara 
y no se va la muy astuta 
y tampoco quiero que lo haga 

Y es por ti  
por lo que (ay) me da la risa tonta 
y damos por terminada la partida 
entre besos, sudor y restos de nuestra ropa 

pero aun así 
y sigo diciendo que es por ti 
por quien extraño cada noche
unos brazos entrelazados 
que unan mi cadera
con cada lunar de tus costillas 

y una tarde fea de Madrid 
puede convertirse en lo más bello para el ser humano 
pero sólo si es por ti 

¿Qué sentirá la gente que no siente nada hacia ti? 
ay 
igual estas palabras 
fueron combinadas en exclusiva, 
para un VIP
y nunca serán leídas en alto (como la buena poesía) 
mientras lo pienso seguiré escribiendo 
imaginando 
y entrelazando 
palabras simples tan sólo para ti. 

lunes, 20 de mayo de 2013

Tal vez te siga recordando aquel día una vez al mes...




La bonita luz que desprende mi mirada al regresar con tu brazo sobre mis hombros un sábado por la noche, como cuando me besaste por primera vez hace ya 463 días y esa incertidumbre de no saber si reír de alegría y nervios o llorar del miedo al ver todos y cada uno de los momentos que siempre quise vivir contigo resumidos en un tan simple como valioso gesto. ¿Y después que?¿Y si era sólo una más? Y es que además llovía, con lo que a mi me gusta la lluvia... Hubiera sido todo un desastre que después de hacerme vivir aquel momento único y con un día como los que me gustan a mi de nubes y lluvia, me hubieras dejado tirada, sola (porque un primer beso con el chico al que le perteneces y te pertenece aún si ser nada más que amigos, de momento, es algo para no olvidar) 
Si me dejas te cuento dos secretos. El primero es que me gusta la lluvia gracias a ti, sí, porque antes de que llegara aquel día, mucho antes, nosotros quedábamos, y siempre (o casi siempre) llovía, y "desgraciadamente" te tocaba llevar el paraguas con la mano izquierda, y arrimarme a ti con la derecha para que no me mojara, igual es que por aquellos tiempos ya estaba aquel beso en la lluvia preparado para sorprendernos, a tus ganas, a mis sueños. (Pues podría haber llegado antes, digo yo...) Y me gustaba hablar bajo un paraguas contigo, bajo ese escudo en el que poco a poco se enamoró un corazón. 
El segundo es que ya no me gusta tanto la lluvia, no quiero decir que la odie, ni que prefiera un día de sol decorando un cielo azulado sin presencia nubes. Quiero decir que no me importa ver la luz de vez en cuando, incluso diría que es necesario. Igual si no fuera por esos días, no echaría de menos los días de lluvia en los que aprovechamos que ésta nos permite ir tan juntos que ni el aire nos traspasa, y nuestros cuerpos se rozan, y se mojan también.  
Tal vez te siga recordando aquel día una vez al mes, y me siga emocionando al recordar toda nuestra historia. Yo estoy segura de que seguiré disfrutando al ver el reflejo nuestros cuerpos unidos asomándose a un escaparate en la Gran Vía, y ver que aquel chico que me acompaña es justamente el amor de mi vida.

miércoles, 24 de abril de 2013

Desde el corazón, y no por compromiso




Igual hoy te escribo sin saber muy bien el porqué. No sé si es la necesidad de desahogarme o mantener la mente ocupada. No lo sé.  
No sé cómo me siento, cansada, triste, decepcionada. ¿Por qué? O mejor dicho ¿De qué? Pues vuelvo a lo de siempre: No lo sé. 
Supongo que ahora mismo habla en mi lugar el dolor de cabeza causado por dos horas al sol leyendo para no pensar, y las lágrimas que se han empeñado en invadir mis ojos mientras pretendían prestarle más atención a las letras que a los pensamientos, (y no las he dejado. Y claro de algún modo deberán salir.)
Están acumuladas, como cuando agitas una botella de Coca Cola y esperas un rato, pero al abrirla te sorprendes con que te has empapado. No vale la pena esperar, al final todo acaba manchando. 
Y es que igual siempre es la misma historia. Él se enfada, ella le intenta contentar, él no se deja contentar y la que acaba mal es ella por no haber podido borrar el mal de la cabeza de él. Y se pregunta cosas, igual algo exageradas, pero es que ella le escribe, y las personas que escriben tienden a ser algo exageradas.
A lo mejor ella se cansa de no obtener resultados. De pensar que esa vez será la última cuando sabe que no es cierto. De imaginar que pueda existir otro ser similar a ella y que la pueda remplazar. Igual no quiere pedir más perdón por las malas formas, o ir siempre en busca de la paz. Puede que un día prefiera que sea él quien se acerque a ella (pero desde el corazón y no por compromiso), y haga lo posible por volver a verla sonreír. Pero sin tópicos ni reproches. Preguntando de verdad y no por costumbre. Ganándose las sonrisas sinceras. 
Y esto sólo es un momento más que se suma a la lista. Pero recuerda el ejemplo de la botella de Coca Cola, y que a veces en esta vida hay que agachar la cabeza (aunque sea sólo por amor).

martes, 9 de abril de 2013

Te quiero sólo a ti, y no deberías irte nunca.




Te escribo porque ésto es lo que me hace vivir cada día. Tú me estás haciendo vivir, y escribirte. 
Hablo de imaginar cada noche que duermo contigo. De buscar en cada uno de tus abrazos nuevas formas de sentirte. De jugar juntos, y seguir navegando en este mar, de haberte encontrado estando perdida, de habernos besado. Eres lo que siempre quise aunque me hicieras daño, y a día de hoy estoy orgullosa de no haber tenido miedo, de haberte dejado entrar en mí. Ahora entiendo lo que se siente al echar de menos de verdad, a echar de menos tus manos tocando mi cuerpo como ese músico que acaricia cada tecla de su piano.  
¿Me comprendes? No pienso ser nadie si no lo eres tú conmigo. Me río, imagino y sueño contigo, únicamente contigo, como lo hace un niño de seis años al acercarse la noche de reyes. Deberías quedarte siempre conmigo, para poder seguir escribiéndote todo aquello que no me atrevo a pronunciarte a los ojos cuando me ahogan los besos y me obligan a dejar de hablarte para solo hacerte. Seguir susurrándote cada noche mis sueños, y contarte mi lista de ciudades para visitar contigo, y mi lista con todos lo animales que te obligaré a que me regales cuando vivamos juntos. Deberías quedarte siempre conmigo, para verme sonreír con las mejillas sonrosadas antes de cerrar los ojos por última vez y atraparte entre mis párpados. Para vernos discutir cada mañana por quién prepara el desayuno, y que después de una guerra de ombligos y cosquillas decidas que sólo piensas desayunar si lo preparas tú.  
Te escribo porque cada trocito de tu sonrisa se me clava en las pupilas. Porque sé que terminaré de volverme loca el día que te marches. Quiero que cada día vuelvas, aún me queda mucho que aprender de tus mañanas curiosas y mucho que mostrarte de mis noches inventando para nosotros mundos que no existen cuando el sol despierta. Porque echaría de menos tu orden y echaría de menos ser esos dos gatos negros jugando a saltar de tejado en tejado sujetados a un colchón en Madrid. Te quiero sólo a ti. Y no deberías irte nunca.