martes, 5 de julio de 2011

Por un momento desvío la vista. Miro por la ventana, quedan dos paradas para llegar a la nuestra. Al fin llegamos. Me dejas salir a mi primero. Me das la mano y caminamos juntos. Cruzamos la calle. Pasamos por un par de calles sin importancia. Llegamos a la calle principal. Está abarrotada de gente. Y me agarras con más fuerza, para que no me suelte. 
Miramos curiosos a un grupo de músicos que tocan en plena calle. Nos decidimos a entrar en una de las muchas tiendas. La música está demasiado alta. Me dejas mirar un par de cosas, y nos marchamos. Y después entramos en alguna tienda más.
Miro el reloj, son las ocho. Me dices que si quiero tomar algo. Acepto y después de una pequeña discusión pagas tú. Salimos de bar. Tras un corto paseo nos sentamos en el césped. Vemos el atardecer. Nos hacemos fotos. Bromeamos. Te digo que eres el mejor. Que no encontraré a ningún chico como tú. Porque eres atento, me cuidad, me diviertes, me quieres. 
Y no quiero que esto termine nunca. Siempre seremos amigos. Pase lo que pase. Y nos apoyaremos, nos lo contaremos todo, los problemas, las dudas, las preocupaciones. Y juntos aprenderemos de nuestros propios errores. De esos que ya hemos cometido alguna vez, los cuales nos han hecho más fuertes. 

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