martes, 23 de septiembre de 2014

Debilidades

Dulce, como ese "te quiero" que se escapa entre mis suspiros tras mil batallas en horizontal.
Y esa mirada, tus ojos pidiéndome más tiempo juntos, más futuro para disfrutar, más sueños, promesas, compromiso.
Y yo me derrito. Y solo me sale sonreír y asentir.

Sabes hacerlo muy bien, lo de dejarme sin palabras. Muda. Petrificada ante unos labios sinceros que me ruegan que me quede siempre con su dueño.

Y así es imposible que quiera marcharme jamás.

Yo siempre tuya

Me encanta encontrarme desnuda en tu cama. Eterna. Como aquella promesa que ambos hicimos hace casi tres años y que fue firmada tras un beso.
Tierna, como cada una de las sonrisas que se escapan entre besos dibujados en los labios.
Tan asombrosa como la gran ciudad que nos ha acompañado en cada uno de nuestros días. Fiel, segura, confidente.

No quiero ni un día sin pensarte, sin sentirte, sin saber qué es lo que se siente cuando mi corazón se reencuentra con el tuyo, y solo le sale golpear desde dentro el pecho pidiendo más. 

Y es que eres la debilidad más fuerte de mi mundo. El tesoro mejor guardado de todo Madrid. El lingote de oro mas valioso del universo.



Pero sobre todo, yo siempre tuya.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Permanecer

Podría mentirte y decirte que somos inmortales, aunque amanezca cada día, aunque cada día seamos un poco más mayores (que no maduros), aunque cada día esta loca vuelva a sonreír por su loco.
Y yo, que te he visto sonreír, con todos los tipos de sonrisas que conoces, y que conozco gracias a ti, me pregunto cómo sería mi vida sin ti, o como sería si alguno de nosotros dos no fuésemos tan cabezones, pero joder, es que te quiero así, cabezón e irresistible conmigo. Loco. tierno. sensible, e incluso débil cuando lloro. Y me dices que soy preciosa, que no malgaste el tiempo en llorar, que no sea tonta. 

Quédate siempre conmigo, aunque llore por todo y haya perdido la vergüenza a estar triste delante de ti, y me de igual que me veas destrozada e inconsolable cuando algo me da rabia. 
Quédate conmigo porque te necesito, porque no se estar sin uno de tus abrazos, sin tus besos, sin tu cara de “no se qué cojones decir ahora”. Y es que a estas alturas no se estar sin ti.