lunes, 24 de octubre de 2011

Puede que en un futuro no sigamos así, puede que nos olvidemos mutuamente, de nuestros secretos, nuestros momentos, nuestras locuras, los enfados... y posiblemente cualquier día me sorprenda diciendo tu nombre e intentando recordar todo aquello que fuiste para mi. Por eso, antes de que pase el tiempo y los años caigan sobre nosotros, quiero aprovecharte al máximo, quererte día a día, pensar que eres tú, creer que serás tú el de toda mi vida, aquel por el que perdí un día la cabeza y nada volvió a ser igual desde aquel día.


jueves, 20 de octubre de 2011

Un e-mail, SMS, un toque, una llamada al móvil, a casa... Existen mil maneras de buscarme, y si de verdad me quisieras harías todo lo posible por encontrarme, por preocuparte y preguntarme qué fue lo que nos pasó. Quién se cansó primero. Si el error fue tuyo, mio, o de los dos. Recapacita, hay muchas formas de acabar con esto, pero sólo una es la correcta.

martes, 18 de octubre de 2011

Me hará feliz. Saber que soy la razón de esa sonrisa en tu cara. Que te pondrás guapo para mi. Que me pasarás a buscar, siempre, haga frío o calor, estés agotado o esté diluviando. Que me darás un toque al móvil nada más despertarte, y antes de dormir, para que sepa que sigues ahí, que no me has olvidado, que me quieres. Pero dejemos algo claro, nada de historias perfectas. Nada de promesas que nunca cumpliremos, ni de mentiras para no hacernos daño. Sólo la verdad, y nada más que la verdad. Aceptar nuestros defectos, y saber que ceder a ellos no es darse por vencido, es querernos de una forma sobrenatural.



sábado, 15 de octubre de 2011

¿Sabes qué es ilógico?Que me digas que me quieres, que me extrañas, y no me busques. 
Ya no sé si es cierto, si no. Si te diviertes jugando conmigo. Si me usas cuando no tienes otra opción o sólo me mantienes embobada para poder usarme si algún día te quedas solo. 
Lo único que puedo decirte es que estoy a un adiós de decírtelo para siempre. Largarme de tu mundo. Empezar de cero yo sola. Con nuevos horizontes. Dejar de pensar tanto en los demás... 
Al fin y al cabo a eso es a lo que me has enseñado tú. .


miércoles, 12 de octubre de 2011

Y me enamoro. Poco a poco me enamoro. De ti. De tu risa, tus ojitos. De tus chistes sin gracia. De tu forma de caminar. Tus abrazos inesperados. Tu sonrisa después de cada frase, cada mirada. 
De tus bromas, a veces pesadas. De tu olor, único, perfecto. Ese mismo al que huelo cada vez que llego a casa tras pasar toda una tarde junto a ti. Ese mismo que me avisa de que andas cerca cuando aún no te he visto. Que consigue que mi corazón lata a mil por hora. Que me encanta, me enamora. Y me enamoro cada vez más.

Con esa excéntrica manía de llamar a cada cosa de otra forma.

sábado, 8 de octubre de 2011

Nunca más volveré a hacerlo. Me lo prometo a mi misma. No volveré a confiar en ti, no de la misma forma en la que lo hacía ayer. No sabía que eras así, tan tonto, tan embustero. Que me prometías la eternidad y al cuarto día se te olvidaría.  
Que la única eternidad que podré vivir contigo a partir de ahora será la de los recuerdos. La eternidad de ese instante en el que un día prometimos cambiarnos la vida el uno a otro. Sin reproches, sin miedos, asumiendo las consecuencias. 
Posiblemente sea la decepción que siento en estos momentos. Seguramente mañana me arrepienta de lo que hoy digo y pienso, pero no estoy orgullosa de aquel pacto en el que sin darme cuenta te lo dí todo a cambio de nada. 

jueves, 6 de octubre de 2011

martes, 4 de octubre de 2011

Lo que realmente importa es que con una sola mirada tuya me puedas hacer enmudecer.
Que con una caricia consigas que me tiemblen las piernas 
y con un beso se me ponga la piel de gallina. 
Y quizá no te lo diga todos los días pero te quiero.
Más de lo que jamás había pensado. 
Más de lo que jamás he querido a nadie. 
Y no me arrepiento. 
Estoy orgullosa de saber que eres tú la persona por la que cada noche me desvelo 
y sonrío al despertar. 

lunes, 3 de octubre de 2011


Es algo que sucede y no lo puedes evitar. 
No me parece normal. No es justo. Está feo que me prometas todo el firmamento de norte a sur y luego no me lleves ni a las nubes, ni al cielo. Aquel que un día tocamos con la punta de nuestros dedos. Aquel al que tanto enamorados han llegado. Es curioso ver como nos olvidamos de nuestras promesas a lo largo del tiempo.