lunes, 20 de mayo de 2013

Tal vez te siga recordando aquel día una vez al mes...




La bonita luz que desprende mi mirada al regresar con tu brazo sobre mis hombros un sábado por la noche, como cuando me besaste por primera vez hace ya 463 días y esa incertidumbre de no saber si reír de alegría y nervios o llorar del miedo al ver todos y cada uno de los momentos que siempre quise vivir contigo resumidos en un tan simple como valioso gesto. ¿Y después que?¿Y si era sólo una más? Y es que además llovía, con lo que a mi me gusta la lluvia... Hubiera sido todo un desastre que después de hacerme vivir aquel momento único y con un día como los que me gustan a mi de nubes y lluvia, me hubieras dejado tirada, sola (porque un primer beso con el chico al que le perteneces y te pertenece aún si ser nada más que amigos, de momento, es algo para no olvidar) 
Si me dejas te cuento dos secretos. El primero es que me gusta la lluvia gracias a ti, sí, porque antes de que llegara aquel día, mucho antes, nosotros quedábamos, y siempre (o casi siempre) llovía, y "desgraciadamente" te tocaba llevar el paraguas con la mano izquierda, y arrimarme a ti con la derecha para que no me mojara, igual es que por aquellos tiempos ya estaba aquel beso en la lluvia preparado para sorprendernos, a tus ganas, a mis sueños. (Pues podría haber llegado antes, digo yo...) Y me gustaba hablar bajo un paraguas contigo, bajo ese escudo en el que poco a poco se enamoró un corazón. 
El segundo es que ya no me gusta tanto la lluvia, no quiero decir que la odie, ni que prefiera un día de sol decorando un cielo azulado sin presencia nubes. Quiero decir que no me importa ver la luz de vez en cuando, incluso diría que es necesario. Igual si no fuera por esos días, no echaría de menos los días de lluvia en los que aprovechamos que ésta nos permite ir tan juntos que ni el aire nos traspasa, y nuestros cuerpos se rozan, y se mojan también.  
Tal vez te siga recordando aquel día una vez al mes, y me siga emocionando al recordar toda nuestra historia. Yo estoy segura de que seguiré disfrutando al ver el reflejo nuestros cuerpos unidos asomándose a un escaparate en la Gran Vía, y ver que aquel chico que me acompaña es justamente el amor de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario