miércoles, 14 de noviembre de 2012

Me gusta que me digas que soy lo más bonito que te ha pasado en la vida, que nunca había amado a nadie de esta forma. Adoro cuando me llamas princesa, o cuando sueltas alguna de tus frases cursis. 
Pero, ¿sabes qué es lo que realmente valoro?, que tengas el coraje y la paciencia de quererme. 
Sé que a veces soy rara, que no me explico bien, o cambio mi actitud radicalmente y paso de ser la niña más tierna y divertida del mundo a la tía más aburrida y negativa del universo. Pero ahí sigues tú, apoyándome, queriéndome y comprendiéndome cada día, y haciendo lo que haga falta por hacerme reír aunque sea con alguna tontería. 
Por eso me enamoré de ti, porque siempre conseguías (y consigues) sacarme una sonrisa, porque aunque no quiera, es imposible estar triste a tu lado. Porque nunca te rindes. 
Y eso es exactamente lo que quiero que sigas haciendo, que no te rindas jamás, que nunca te des por vencido, que si ves que las cosas van mal no tires la toalla. 
Quiero que sigamos siendo felices, quiero seguir luchando por esto, tanto tú como yo, los dos. 
Porque es importante no faltar cuando alguien te necesita, y yo te necesito siempre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario