lunes, 28 de julio de 2014

Amor


Cientos de textos escritos en diferentes formatos, a mano, a ordenador, en el móvil. A cualquier hora, cuando llega la inspiración se la debe atender siempre, es una dama corpichosa que se apodera de tu mente cuando menos te lo esperas, y sólo lega una vez a tu interior con cada idea. Siempre hablo de lo mismo, no del amor en sí, sino de mi amor por ti, desde que te daba por perdido,hasta que te volví a conseguir y a hacer mío, pasando por los momentos en los que te he odiado mientras rebalaban por mis mejillas ardiendo una lágrimas llenas de rabia. Está claro que no puedo odiarte, que me cuesta, y jamás te podré odiar.

Y es que me muero por ti, vivo por ti, respiro por ti. Tú eres ese minuto en el que pienso antes de levantarme cada mañana de la cama. Tú eres los miles de pensamientos en cada clase aburrida. Tú y mis ganas de verte, de abrazarte y besarte, aunque la realidad sea distinta y me pase más tiempo quejando sobre lo ñoño o besucón que eres. Y eso es lo que nos hace especiales, siempre con prisa por vernos, siempre deseando estar juntos, ¿y luego qué? ¿Dónde quedan todos esos besos prometidos en conversaciones nocturnas? ¿Y las ganas de abrazarnos? ¿Dónde están? Lo nuestro es increíble, es algo así como una locura basada en el amor.

No soy nada sin tí. No puedo estar sin tí. ¿Sabes? Aprovechar cada uno de los momentos que tenemos juntos debería ser algo que hiciésemos todos los días. Decirnos te quiero al oído, volver a esos días de coqueteo típicos del principio de una relación. No perder la chispa, la llama, la pasión. Dejarnos de bobadas, de peleas, de celos... aunque eso es otro tema sobre el que podría escribrir letras y letras. Causas y consecuencias, ejemplos. Tampoco es que nos vaya mal, al contrario, creo que lo estamos haciendo genial y gracias a eso cada día estamos más unidos. Hasta ahora no hemos tenido muchos malos momentos, suelen ser similares, suelen ser hermanos gemelos de situaciones que no denunciamos antes nuestro corazón, o que denunciamos tarde. No sé. El típico 'no sé'. Siempre aparece el uno de estos momentos. Un 'no sé' no es nada, un 'no sé' es el mayor sentimiento de incertudumbre que existe en la tierra. Es un sí pero no, es un no estoy de acuerdo pero vale, es un me callo porque no quiero arrepentirme mañana de lo que pueda decir hoy, y sobre todo, es un te quiero aunque estemos mal y no quiero joderlo por un enfado.

Lo mejor son las reconciliaciones, de eso también podría escribir palabras, y puede que lo haga. Es el momento más bonito que vive una pareja, es la renovación de sentimientos, es el ave fénix resurgiendo de sus cenizas en forma de perdón, en forma de cariño, de comprensión.
Yo me quedo contigo como estoy, ni mejor ni peor, me alegras la vida, me refrescas, y te quiero, y te necesito aún más en mi día a día. No puedo pedir nada más después de haber estado viviendo enamorada a tu lado y tú sin darte cuenta. He llegado a mi tope contigo, y si no es así, prefiero no saberlo. Eres mi definición de bonito, de amor, de confianza, de valor. Y puede que tenga que volver a hacer referencia una vez a nuestra frase de Sabina, a eso de "Morirme contigo si te matas, matarme contigo si te mueres", porque creo que no hay una verdad más concisa en el mundo sobre lo que quiero en mi vida. Tu vida conmigo, la mía contigo. Si desapareces, desaparezco. Si te pierdes, me pierdo. Yo te ofrezco mi mano para que nunca te pierdas, y para que te agarres con fuerza cuando las ganas de desaparecer crezcan en tu cabeza. 

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