martes, 2 de abril de 2013

Sin ilusión no hay ganas, ni hay amor, ni hay nada.

Hoy siento que volvemos una vez más a lo que nunca dejamos de ser. El sol volvió a salir tras la tormenta, nos da una nueva oportunidad. Nos permite vivir más tiempo juntos. La historia se sigue construyendo, las paredes de nuestro corazón se refuerzan una vez más. Desearía que nada de eso hubiera ocurrido, ninguna pelea, mal entendido. Que no hubiera sido necesario derramar una lágrima cuyo origen no fuese la alegría. Somos nosotros, seguimos siéndolo. A fin de cuentas vivo por ti, río por ti, lloro por ti, e incluso a veces muero por ti (y sin ti). Eres quien más me apoya, quien mejor me conoce, la persona a quien tanto necesitaba y que un día por fin decidió unir nuestras vidas con un beso. En ocasiones, no muchas, hay baches en todo esto. Sentimientos dañados. Malos pensamientos. Pero arreglamos la carretera y seguimos nuestro camino, sabiendo que atrás hubo algo que nos hizo tropezar pero con muchas ganas de seguir luchando cada día un poquito más. Y es por eso por lo que la ilusión no se nos muere, la sostenemos con ternura entre los dos. Debe estar siempre presente, sin ilusión no hay ganas, ni hay amor, ni hay nada. Y entonces es cuando te pido que nunca dejes que se escape, que la guardes en una jaula de cristal, la cierres con llave y la tires al mar, pero no olvides dedicarle unos minutos cada día; a esta ilusión hay que alimentarla, y quererla siempre bien. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario