jueves, 17 de enero de 2013

Pasa una y otra vez, es inevitable, me muevo al son que me dictan tus palabras. Me guío por los impulsos que recibe mi corazón desde cada uno de tus sentidos.
No puedo ser sin ti, no sé, me pierdo, no me encuentro. Es como estar en medio de un gran mar en el que faltas tú, mi faro de Alejandría. El que cada día me conduce por sus caminos, sin querer, o quizá queriendo inconscientemente.
Me declaro tu marioneta, mueves mis hilos con tus dedos, yo me dejo llevar por ti, tus manos, las palabras, cada gesto.
Lo único que pido es que no me pierdas, que no me dejes tirada en cualquier rincón como se hace con las muñecas rotas. Cuídame, protégeme, haz que hasta el más gris de mis días se ilumine con tan sólo una palabra tuya. Yo prometo no fallarte, prometo no faltarte nunca.


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